TIFFANY, EL LABERINTO
Y LAS HADAS
Autora: Valeria Isabó Ostía Yat
Había una vez una pequeña
niña que le agradaba pasear por el bosque, aunque a su mamá no le gustaba
mucho, pues, siempre llegaba sucia.
Un día Tiffany fue al bosque
y descubrió un laberinto, su espíritu aventurero la hizo entrar y vio una puerta de color plateado, la abrió
y admiró un lindo jardín lleno de flores.
Tiffany estaba fascinada con
tantas cosas hermosas, sin embargo, se tuvo que ir, pues, ya estaba
oscureciendo.
Llegó a casa emocionada por
su descubrimiento, pero no le contó a nadie.
Al día siguiente, al llegar de clases, corrió al
bosque, entró al laberinto y fue al jardín; mientras exploraba vio algo que se
movía, como era muy curiosa fue a ver y eran tres pequeñas hadas que jugaban.
Sorprendida se les acercó y preguntó a las hadas cómo se llamaban; éstas no le
contestaron hasta después de un largo rato.
Una de las hadas le preguntó
a la niña: _ ¿Cómo te llamas?, ella le respondió:
_ Tiffany ¿y ustedes?
Las hadas contestaron: mi nombre es Nana, la valiente;
la otra dijo: _ yo soy Veith, la inteligente y la última: _ yo soy Sunny, la más inquieta.
Tiffany dijo muy feliz: _
¿jugamos? Y las hadas, algo dudosas,
aceptaron y jugaron todo el día. En la
tarde, Tiffany se tuvo que ir, pero Veith dijo: _espera, Tiffany, no le puedes
decir a nadie sobre este jardín, pues, si revelas el secreto todas las flores
se marchitarán y nosotras desapareceremos. Ella les prometió que no lo haría.
Tiffany siguió visitando el
jardín, por mucho tiempo, hasta que un día, la mamá, preocupada por su demora
en el bosque, la siguió hasta el laberinto y vio que ella hablaba con alguien;
pero sólo escuchaba voces, porque no veía a las hadas, pues, sólo Tiffany podía
verlas.
La madre preguntó: _
Tiffany, ¿qué haces?, ¿con quién hablas? La niña la miró y dijo: _ con nadie.
Regresaron a casa y durante una semana no pudo ir al bosque. Estaba tan triste
sin ver a sus amigas.
Pasada la semana, corrió al
bosque, entró al laberinto, se dirigió al jardín, pero fue tan grande su
sorpresa: todas las flores estaban marchitas. Llorando, sin consuelo, llamaba a
Nana, Veith y Sunny, pero ellas no aparecieron.
Tiffany visitaba el jardín
todos los días, con la esperanza de encontrarlas, pero regresaba a casa muy
desanimada.
Después de muchos años,
Tiffany regresó al campo, pues, su familia se había ido unos años atrás para la
ciudad y decidió recordar sus paseos por el bosque. Encontró el laberinto,
corrió hacia el jardín, que alegría tan grande encontrarlo, nuevamente,
florecido y con muchas hadas volando por todos lados. Emocionada llamó a sus
amigas Veith, Nana y Sunny cuando al fin las encontró, muy feliz les preguntó
qué había pasado. Las hadas le contaron
que como su mamá vio el laberinto todo se
marchitó y desapareció.
Todo siguió igual, Tiffany continuó jugando
con las hadas y eso fue así, por mucho tiempo, hasta que se casó, tuvo hijos y compartió con ellos el secreto del jardín y de sus amigas Veith,
Nana y Sunny. Claro está con la autorización de las hadas.
FIN
BIOGRAFÍA
DE LA AUTORA
VALERIA
ISAVO OSTÍA YAT, nació el 28 de
abril de 1998 en el Hospital José Domingo De Obaldía en David Chiriquí.
Sus padres son: Lorenzo
Ostía y Herminia Yat. Reside en Las Delicias en
Lajas Adentro, distrito de San Félix.
Sus pasatiempos son:
Escuchar K-Pop (música de Corea, ver televisión, especialmente, ánimes
asiáticos y doramas (novelas Coreanas).
Sus metas son ir a estudiar
a Corea y tener una profesión.
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