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domingo, 26 de agosto de 2012


TIFFANY, EL LABERINTO
Y LAS HADAS

 Autora: Valeria Isabó Ostía Yat


Había una vez una pequeña niña que le agradaba pasear por el bosque, aunque a su mamá no le gustaba mucho, pues, siempre llegaba sucia.

Un día Tiffany fue al bosque y descubrió un laberinto, su espíritu aventurero la hizo entrar  y vio una puerta de color plateado, la abrió y admiró un lindo jardín lleno de flores.

Tiffany estaba fascinada con tantas cosas hermosas, sin embargo, se tuvo que ir, pues, ya estaba oscureciendo.
 
Llegó a casa emocionada por su descubrimiento, pero no le contó a nadie.

Al día  siguiente, al llegar de clases, corrió al bosque, entró al laberinto y fue al jardín; mientras exploraba vio algo que se movía, como era muy curiosa fue a ver y eran tres pequeñas hadas que jugaban. Sorprendida se les acercó y preguntó a las hadas cómo se llamaban; éstas no le contestaron hasta después de un largo rato.
 
Una de las hadas le preguntó a la niña: _ ¿Cómo te llamas?, ella le respondió:
 _ Tiffany ¿y ustedes?

Las hadas  contestaron: mi nombre es Nana, la valiente; la otra dijo: _ yo soy Veith, la inteligente y la última: _  yo soy Sunny, la más inquieta.

Tiffany dijo muy feliz: _ ¿jugamos?  Y las hadas, algo dudosas, aceptaron y jugaron todo el día.  En la tarde, Tiffany se tuvo que ir, pero Veith dijo: _espera, Tiffany, no le puedes decir a nadie sobre este jardín, pues, si revelas el secreto todas las flores se marchitarán y nosotras desapareceremos. Ella les prometió que no lo haría.

Tiffany siguió visitando el jardín, por mucho tiempo, hasta que un día, la mamá, preocupada por su demora en el bosque, la siguió hasta el laberinto y vio que ella hablaba con alguien; pero sólo escuchaba voces, porque no veía a las hadas, pues, sólo Tiffany podía verlas.
   
La madre preguntó: _ Tiffany, ¿qué haces?, ¿con quién hablas? La niña la miró y dijo: _ con nadie. Regresaron a casa y durante una semana no pudo ir al bosque. Estaba tan triste sin ver a sus amigas.

Pasada la semana, corrió al bosque, entró al laberinto, se dirigió al jardín, pero fue tan grande su sorpresa: todas las flores estaban marchitas. Llorando, sin consuelo, llamaba a Nana, Veith y Sunny, pero ellas no aparecieron.

Tiffany visitaba el jardín todos los días, con la esperanza de encontrarlas, pero regresaba a casa muy desanimada.
Después de muchos años, Tiffany regresó al campo, pues, su familia se había ido unos años atrás para la ciudad y decidió recordar sus paseos por el bosque. Encontró el laberinto, corrió hacia el jardín, que alegría tan grande encontrarlo, nuevamente, florecido y con muchas hadas volando por todos lados. Emocionada llamó a sus amigas Veith, Nana y Sunny cuando al fin las encontró, muy feliz les preguntó qué había pasado.  Las hadas le contaron que como su mamá vio el laberinto todo se  marchitó y desapareció.

 Todo siguió igual, Tiffany continuó jugando con las hadas y eso fue así, por mucho tiempo, hasta que se casó,  tuvo hijos y compartió con ellos  el secreto del jardín y de sus amigas Veith, Nana y Sunny. Claro está con la autorización de las hadas.
  

FIN



BIOGRAFÍA DE LA AUTORA

 VALERIA ISAVO OSTÍA YAT,  nació el 28 de abril de 1998 en el Hospital José Domingo De Obaldía en David Chiriquí.
Sus padres son: Lorenzo Ostía   y Herminia Yat. Reside en Las Delicias en Lajas Adentro, distrito de San Félix.
Sus pasatiempos son: Escuchar K-Pop (música de Corea, ver televisión, especialmente, ánimes asiáticos y doramas (novelas Coreanas).
Sus metas son ir a estudiar a Corea y tener una profesión.                                                        

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