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jueves, 2 de agosto de 2012



EL DESTELLO DE UNA MENTE OLVIDADA

 Por Isaac Hurtado



Había una vez en un pueblo de Irlanda, llamado Kilkenny, una familia de apellido Lynch, entre sus miembros se encontraba un niño llamado Albus. Albus estaba contento con la familia que tenía, una madre y padre que lo amaban  y amaban a sus hermanos, los cuales también lo querían mucho. Tuvo una infancia llena de alegrías y nunca tuvo queja alguna de todos los momentos hermosos que pasó con su familia.
Cuando era adolescente soñaba con algún día encontrar a la persona que sería su esposa. Él decía: — quiero ser como mi papá y que mi esposa sea como mi mamá y tener muchos hijos.
Pero ese sueño cada día se veía más lejano, ya que tuvo muchas decepciones amorosas.
Pasaron cinco años y Albus estaba en su último año en la carrera de medicina. Era uno de los más jóvenes en graduarse, ya que era uno de los más listos de su clase. Por eso su apariencia más joven que los demás.
Saliendo de la Universidad, Albus iba algo enredado con uno de sus últimos trabajos que debía entregar, y al no fijarse chocó con una chica, la chica cayó, al igual que él y los papeles que tenía, volaron. Albus se sentía algo molesto, ya que pensaba que eso le iba a atrasar. Pero cuando escuchó una voz que decía
— ¿Te ayudo?
 Albus al escuchar aquella voz se sintió atraído y miró a aquella chica que le hablaba. En ese momento Albus olvidó todo lo que tenía que hacer y quedó deslumbrado y mudo,  ese momento fue tan especial. Quedó cautivado por la belleza de aquella chica, por su mirada, y su dulce voz.
 —Muchas gra, gracias— dijo él—, un poco nervioso. Ella percibió su nerviosismo y le sonrió (dejando a Albus aún más nervioso y a la vez cautivado por su sonrisa). Al fin encontré a la chica de mis sueños, pensó él.
— ¿Cómo te llamas?— preguntó ella.
—Albus— respondió él.
— ¿Y tú?
—Emma— dijo ella.
—Mucho gusto— respondió Albus,
 —Igualmente— dijo Emma.
 En ese momento Albus sintió algo completamente diferente a lo que sentía con otras chicas. Una extraña sensación, era un momento mágico y especial. Al igual Emma  lo veía con mucho interés, pero no lo expresaba porque pensaba que iba a ser algo inapropiado. Emma cursaba un año antes que Albus en la facultad de medicina. También era una de las más listas de su clase. Pero lo que ellos no sabían, era que la vida les tenía algo preparado. Así es, Albus y Emma llegaron a ser muy buenos amigos, se conocieron tanto que sólo con el gesto que uno hacía, el otro se daba cuenta qué le pasaba.
Albus y Emma sabían que ya era suficiente tiempo como amigos, así que pasaron al siguiente nivel, comenzaron un noviazgo. Fueron novios por dos años y medio. Hasta que se casaron. Se mudaron a Londres donde compraron una casa muy cómoda y amplia, ya que el sueño de ambos era llenarla de niños. Los dos eran médicos exitosos, y trabajaban en el mismo hospital.
Pasaron dos años y ambos intentaron tener un hijo, pero no lo consiguieron, parecía que Albus era estéril y por lo tanto no podía tener hijos. Lo cual fue una noticia muy triste para él.
—No te preocupes, vamos a lograrlo, yo te amo y vamos a cumplir nuestro sueño, tendremos nuestra familia—.Dijo Emma a Albus.   Albus se acordó que aun así amaba a su esposa y la besó en la frente y le dijo:
Albus amaba profundamente a su esposa y pensó que eso era lo que importaba
          —Te amo Emma,  no sabría que hacer sin ti-.
            En un tarde cualquiera, Emma acostumbraba a ir de compras sola (ya que a Albus no le gustaba ir), mientras él paseaba en su bicicleta por las calles de Londres, apreciando los hermosos paisajes y el cristalino y caudaloso río Támesis que embellecía a la ciudad de Londres, él se desvió por un atajo que siempre tomaba, pero en ese momento  cuando estaba apreciando la belleza del lugar, se descuido y  lo arrolló un automóvil quedando gravemente herido. Cuando el dueño del carro se dio cuenta de lo que hizo se bajó muy desesperado para ver como estaba él.
          — ¡Dios mío que he hecho!— decía el Señor.
Inmediatamente sonó el celular de Emma (la cual estaba en el mercado).
 — ¿Emma Lynch?— dijo la voz.
—Sí, ¿quién habla?—, contestó muy extrañada.
—Su esposo acaba de tener un accidente, está muy grave en el hospital.      Una sensación de escalofríos empezó a nacer en su interior y lo que tenía en sus manos lo dejó caer. En seguida fue al hospital a ver cómo estaba su esposo.
Al llegar Emma, preguntó por su esposo y le dijeron que aun no podía verlo. Emma era mucho más fuerte que su esposo así que tuvo paciencia y preguntó el diagnóstico de Albus,  ella conocía las consecuencias, los pros,  los contras y las posibilidades que tenía su esposo después de ese accidente, ya que ella era doctora.
           —Tuvo un golpe muy fuerte en la cabeza— dijo su colega, el doctor Hurley. 
           Inmediatamente por su cabeza corría la idea de que su esposo tuviera amnesia, pero era una idea que quería descartar y se rehusaba a pensar en ello. Pasó una semana y Emma sólo esperaba que su esposo Albus se recuperara, y llegó el día en que le dijeron que su esposo estaba bien, y que podía ir a verlo. Emocionada y a la vez nerviosa fue a verlo. Al entrar lo vio muy golpeado, pero estable con los ojos entre abiertos.
   ¿Cómo te sientes?— preguntó Emma.
   Bien, creo— respondió él
   Tuviste un accidente— dijo Emma.
En la mente de Emma no cesaba la sensación de que su esposo pudiera tener amnesia. Para aclarar dudas, con un gran temor le preguntó.
            — ¿Sabes quien soy verdad?— preguntó ella. Él con una sonrisa burlona dijo:
            —Claro que sí.
 En el interior de Emma se produjo una gran paz al saber que estaba equivocada.
              —Claro que se quien es usted.
              —Usted es mi doctora—, -gracias por curarme.
. Cuando Emma escuchó el resto de lo que dijo Albus, esas fuerzas que ella acostumbraba a tener se desvanecieron y comenzó a llorar. Se dio cuenta que su esposo no la reconocía. Albus extrañado al verla llorar, empezó a recordar que cuando estudiaba medicina les decían que no debían llorar en frente de un paciente, lo cual halló muy extraño en su “doctora”. Así que ella desesperada le dijo:
              —Soy yo, soy Emma tu esposa, ¿no me reconoces?
              — no sé de qué me habla, lo siento— dijo él.
  Emma no podía contener el llanto.
              —Lo siento mucho Emma—, le dijo el doctor Hurley.
Al día siguiente le daban de alta a Albus, y Emma  fue a recogerlo.
  — ¿A dónde me llevan?— dijo Albus algo confundido.
  —Vamos a casa Albus— dijo Emma. 
Él se rehusaba a ir, pero Emma le dijo que le tenía que mostrar muchas cosas, y eso le iba a ayudar a recordar. Así que él accedió.
Al llegar a casa Emma le dijo a Albus que se acostara y que descansara. Albus se sentía incómodo, pero lo hizo ya que se sentía muy cansado. Cuando  despertó, se levantó y escuchó un ruido en la cocina. Era Emma haciendo la cena (en el hospital le dieron tiempo suficiente para que Emma estuviera con su esposo, ya que era una situación difícil).
— ¿Quieres comer algo?— preguntó Emma,
— ¿Cuándo te conocí? ¿Cuándo nos casamos?— preguntó Albus.
Ella no respondió a su pregunta, pero rápidamente fue a un cajón y buscó un libro que parecía que era un álbum de fotos. Lo llevó a la cocina y se lo enseñó. Albus vio muy detenidamente las fotografías, e inmediatamente Emma con grandes sollozos le contó todo. Albus estaba muy confundido no podía creer lo que estaba pasando. Su esposa aun más destrozada viendo que sus sueños de crear una familia se estaban destrozando por la esterilidad de Albus y ahora por su amnesia, se fue al cuarto para que él no la viera en ese estado.
Pasaron dos semanas y Albus vivía con Emma, pero era como si compartiera la casa con una desconocida, ya que hasta el momento no había ningún recuerdo que familiarizase a Emma con él. Emma cada día estaba más desesperada, no sabía que hacer (los padres de Albus habían muerto) y sus hermanos (los cuales lo amaban en la infancia) no querían saber nada de él por que ellos decían que “Albus era el culpable de la muerte de sus padres, ya que por él querer ir a estudiar a Inglaterra, los preocupaba por él estar lejos, según ellos su madre murió por preocupación y luego dos años después su padre murió por ver que su esposa ya no estaba a su lado”.
Un día Emma se despertó y tuvo una brillante idea –Debo enamorarlo- dijo ella. Se levantó muy temprano y fue al cuarto donde estaba Albus, lo besó en la mejilla.
—Buen Día— dijo Emma.
 Con mucha alegría y lo miró fijamente, a Albus le pareció extraño, pero le gustó. Así que dejó que ella siguiera.
—Vamos a correr— dijo Emma.
— ¿A esta hora?— dijo Albus.
—Claro que sí— dijo Emma muy entusiasmada.
—Ok pero déjame decirte que soy más veloz que tú así que no es un reto para mí— dijo Albus.
—No has dejado de ser el hombre competitivo que conocí— dijo Emma, bromeando.
A medida que pasaban el tiempo juntos, más atraído se sentía Albus hacía Emma, cómo si se hubiera enamorado por primera vez. Emma se cortó y pintó el cabello para atraerlo más, y ¡vaya que funcionó!
Un día Albus estaba libre del trabajo (ya que él perdió la memoria, pero no sus conocimientos en la medicina), y estaba muy ansioso esperando a Emma así que no sabía que hacer, caminaba por todos lados y se tranquilizó y fue a ver televisión, buscando el control del televisor, accidentalmente encontró un CD que decía “Albus y Emma”, al no controlar las ansias tomó el disco y lo puso en el reproductor. Inmediatamente salieron imágenes de la boda de ellos, cuando aceptaron los votos, cuando se besaron, y toda la ceremonia. Cuando Albus terminó de ver el video, no pudo contener el llanto, ya que sentía la impotencia de que alguna vez amó a Emma como ahora la estaba amando, y lo peor de todo no recordaba nada de ella.
En ese momento Emma llegó a la casa y cuando entra ve a un Albus triste y alegre a la vez. En ese momento Albus la abraza,
—Te amo, Emma— dijo él.
—yo también te amo— dijo Emma.
 Albus le muestra el video, del cual ella no se acordaba que tenía (ya que generalmente Albus le tenía que recordar las cosas a Emma, ella era muy olvidadiza). Emma lloró al ver el video nuevamente.
—Te amo Emma, y espero poder amarte con la misma intensidad con la que te amé en ese momento”. Albus y Emma se besaron como nunca antes.
Pasaron cinco meses y ya Emma no guardaba las esperanzas de que Albus recordara, sólo se aferraba a los recuerdos y a su nueva conquista “Albus”.
Albus estaba operando a una paciente (él era neurocirujano) y de la nada le vino un fuerte dolor de cabeza, y un gran destello en su mente. En ese destello se vio a él chocando con una muchacha y luego al mirarla notó lo hermosa que era. En ese momento se dio cuenta que estaba empezando a recordar. “Emma” fue lo único que dijo al tener ese recuerdo. Terminó de operar a su paciente, lo más rápido que pudo, como nunca antes. Quería ver a Emma, eso era obvio.
Cuando terminó fue corriendo donde Emma que estaba en el quinto piso del hospital. Tomó el ascensor llegó al quinto piso, y cuando la vio, la abrazó y la alzó con mucha alegría, Emma riéndose dijo
— ¿Qué te pasa Albus?—.
—Vamos a casarnos— dijo él.
— ¿Qué?— , pero si ya lo estamos,
Albus riéndose dijo: —yo no lo recuerdo, así que vamos a hacerlo como si fuera la primera vez.
 Emma riéndose dijo:
— Está bien, pero ¿Cuándo?
—Hoy mismo— dijo Albus. Vamos cámbiate, ponte lo que encuentres o compra algo rápido que me quiero casar, con mucha emoción. Los dos salieron del hospital muy contentos y emocionados.
Albus nunca le dijo a Emma que había recordado algo, pero los dos se casaron “nuevamente”.
Emma no lo podía creer. Simplemente no creía que iba a estar de nuevo con su amado esposo. Pero lo logró.
Albus nunca recordó los otros momentos que pasó con Emma, pero siempre recordará ese destello que alumbró su mente. Ese pequeño resplandor que alumbraba todos los días en la vida de Albus, esa mirada que siempre veía y recordaba de aquella Emma que conoció en la facultad de Medicina. Aquella memoria olvidada, la cual nunca logró recordar, quedó en el pasado. Pero siempre guardará en su mente y corazón, lo que hace amar cada día más a Emma. Ese gran amor   que permanecía como un eterno destello en aquella mente olvidada.  
 









BIOGRAFÍA DEL AUTOR

ISAAC DAVID HURTADO APARICIO (Nacido en David, Chiriquí, el 29 de abril de 1995). Nació en el antiguo Hospital Regional de Obaldía en la ciudad de David, Chiriquí. Hijo de José Isaac Hurtado (transportista) y Marquela de Hurtado (profesora de informática).
Cuando tenía 5 años de edad, lo aceptaron en el kínder, debido a su gran inteligencia  y a  su mente despierta a esa edad  temprana  lo pasaron para primer grado.  Para su sorpresa, Isaac pasó su primer grado con el puntaje más alto.
Desde primer grado hasta  el día de hoy es un estudiante sobresaliente, obteniendo los   mejores puntajes dentro del cuadro de honor. Actualmente está cursando el último año de secundaria, espera lograr sus metas con la ayuda de Dios
Isaac es cristiano- evangélico desde que nació, se crío en ese ambiente, hasta ahora. Siempre recalca que: “que solo Jesús te puede salvar. Y que debes tener una relación personal con Dios, y aplicar sus enseñanzas a la vida diaria ”.
Le gusta el voleibol, béisbol, baloncesto, pin pon y la matemática.


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