EL DESTELLO DE UNA MENTE OLVIDADA
Por Isaac Hurtado
Había
una vez en un pueblo de Irlanda, llamado Kilkenny, una familia de apellido
Lynch, entre sus miembros se encontraba un niño llamado Albus. Albus estaba
contento con la familia que tenía, una madre y padre que lo amaban y amaban a sus hermanos, los cuales también
lo querían mucho. Tuvo una infancia llena de alegrías y nunca tuvo queja alguna
de todos los momentos hermosos que pasó con su familia.
Cuando
era adolescente soñaba con algún día encontrar a la persona que sería su
esposa. Él decía: — quiero ser como mi papá y que mi esposa sea como mi mamá y
tener muchos hijos.
Pero
ese sueño cada día se veía más lejano, ya que tuvo muchas decepciones amorosas.
Pasaron
cinco años y Albus estaba en su último año en la carrera de medicina. Era uno
de los más jóvenes en graduarse, ya que era uno de los más listos de su clase.
Por eso su apariencia más joven que los demás.
Saliendo
de la Universidad, Albus iba algo enredado con uno de sus últimos trabajos que
debía entregar, y al no fijarse chocó con una chica, la chica cayó, al igual
que él y los papeles que tenía, volaron. Albus se sentía algo molesto, ya que
pensaba que eso le iba a atrasar. Pero cuando escuchó una voz que decía
—
¿Te ayudo?
Albus al escuchar aquella voz se sintió
atraído y miró a aquella chica que le hablaba. En ese momento Albus olvidó todo
lo que tenía que hacer y quedó deslumbrado y mudo, ese momento fue tan especial. Quedó cautivado
por la belleza de aquella chica, por su mirada, y su dulce voz.
—Muchas gra, gracias— dijo él—, un poco nervioso.
Ella percibió su nerviosismo y le sonrió (dejando a Albus aún más nervioso y a
la vez cautivado por su sonrisa). Al fin encontré a la chica de mis sueños,
pensó él.
—
¿Cómo te llamas?— preguntó ella.
—Albus—
respondió él.
— ¿Y
tú?
—Emma—
dijo ella.
—Mucho
gusto— respondió Albus,
—Igualmente— dijo Emma.
En ese momento Albus sintió algo completamente
diferente a lo que sentía con otras chicas. Una extraña sensación, era un
momento mágico y especial. Al igual Emma
lo veía con mucho interés, pero no lo expresaba porque pensaba que iba a
ser algo inapropiado. Emma cursaba un año antes que Albus en la facultad de
medicina. También era una de las más listas de su clase. Pero lo que ellos no
sabían, era que la vida les tenía algo preparado. Así es, Albus y Emma llegaron
a ser muy buenos amigos, se conocieron tanto que sólo con el gesto que uno
hacía, el otro se daba cuenta qué le pasaba.
Albus
y Emma sabían que ya era suficiente tiempo como amigos, así que pasaron al
siguiente nivel, comenzaron un noviazgo. Fueron novios por dos años y medio.
Hasta que se casaron. Se mudaron a Londres donde compraron una casa muy cómoda
y amplia, ya que el sueño de ambos era llenarla de niños. Los dos eran médicos
exitosos, y trabajaban en el mismo hospital.
Pasaron
dos años y ambos intentaron tener un hijo, pero no lo consiguieron, parecía que
Albus era estéril y por lo tanto no podía tener hijos. Lo cual fue una noticia
muy triste para él.
—No
te preocupes, vamos a lograrlo, yo te amo y vamos a cumplir nuestro sueño,
tendremos nuestra familia—.Dijo Emma a Albus. Albus se acordó que aun así
amaba a su esposa y la besó en la frente y le dijo:
Albus amaba profundamente a
su esposa y pensó que eso era lo que importaba
—Te amo Emma, no sabría que hacer sin ti-.
En un tarde cualquiera, Emma acostumbraba a ir de compras
sola (ya que a Albus no le gustaba ir), mientras él paseaba en su bicicleta por
las calles de Londres, apreciando los hermosos paisajes y el cristalino y caudaloso
río Támesis que embellecía a la ciudad de Londres, él se desvió por un atajo
que siempre tomaba, pero en ese momento cuando estaba apreciando la belleza del
lugar, se descuido y lo arrolló un
automóvil quedando gravemente herido. Cuando el dueño del carro se dio cuenta
de lo que hizo se bajó muy desesperado para ver como estaba él.
— ¡Dios mío que he hecho!— decía el
Señor.
Inmediatamente
sonó el celular de Emma (la cual estaba en el mercado).
— ¿Emma Lynch?— dijo la voz.
—Sí,
¿quién habla?—, contestó muy extrañada.
—Su
esposo acaba de tener un accidente, está muy grave en el hospital. Una sensación de escalofríos empezó a
nacer en su interior y lo que tenía en sus manos lo dejó caer. En seguida fue
al hospital a ver cómo estaba su esposo.
Al
llegar Emma, preguntó por su esposo y le dijeron que aun no podía verlo. Emma
era mucho más fuerte que su esposo así que tuvo paciencia y preguntó el
diagnóstico de Albus, ella conocía las
consecuencias, los pros, los contras y
las posibilidades que tenía su esposo después de ese accidente, ya que ella era
doctora.
—Tuvo un golpe muy fuerte en la
cabeza— dijo su colega, el doctor Hurley.
Inmediatamente por su cabeza corría
la idea de que su esposo tuviera amnesia, pero era una idea que quería
descartar y se rehusaba a pensar en ello. Pasó una semana y Emma sólo esperaba
que su esposo Albus se recuperara, y llegó el día en que le dijeron que su esposo
estaba bien, y que podía ir a verlo. Emocionada y a la vez nerviosa fue a
verlo. Al entrar lo vio muy golpeado, pero estable con los ojos entre abiertos.
— ¿Cómo
te sientes?— preguntó Emma.
— Bien,
creo— respondió él
— Tuviste
un accidente— dijo Emma.
En la mente de Emma no
cesaba la sensación de que su esposo pudiera tener amnesia. Para aclarar dudas,
con un gran temor le preguntó.
— ¿Sabes quien soy verdad?—
preguntó ella. Él con una sonrisa burlona dijo:
—Claro que sí.
En el interior de Emma se produjo una gran paz
al saber que estaba equivocada.
—Claro que se quien es usted.
—Usted es mi doctora—, -gracias
por curarme.
. Cuando Emma escuchó el
resto de lo que dijo Albus, esas fuerzas que ella acostumbraba a tener se
desvanecieron y comenzó a llorar. Se dio cuenta que su esposo no la reconocía.
Albus extrañado al verla llorar, empezó a recordar que cuando estudiaba
medicina les decían que no debían llorar en frente de un paciente, lo cual
halló muy extraño en su “doctora”. Así que ella desesperada le dijo:
—Soy yo, soy Emma tu esposa, ¿no
me reconoces?
— no sé de qué me habla, lo
siento— dijo él.
Emma no podía contener el llanto.
—Lo siento mucho Emma—, le dijo
el doctor Hurley.
Al día siguiente le daban de
alta a Albus, y Emma fue a recogerlo.
— ¿A dónde me llevan?— dijo Albus algo
confundido.
—Vamos a casa Albus— dijo Emma.
Él
se rehusaba a ir, pero Emma le dijo que le tenía que mostrar muchas cosas, y
eso le iba a ayudar a recordar. Así que él accedió.
Al
llegar a casa Emma le dijo a Albus que se acostara y que descansara. Albus se
sentía incómodo, pero lo hizo ya que se sentía muy cansado. Cuando despertó, se levantó y escuchó un ruido en la
cocina. Era Emma haciendo la cena (en el hospital le dieron tiempo suficiente
para que Emma estuviera con su esposo, ya que era una situación difícil).
—
¿Quieres comer algo?— preguntó Emma,
—
¿Cuándo te conocí? ¿Cuándo nos casamos?— preguntó Albus.
Ella
no respondió a su pregunta, pero rápidamente fue a un cajón y buscó un libro
que parecía que era un álbum de fotos. Lo llevó a la cocina y se lo enseñó.
Albus vio muy detenidamente las fotografías, e inmediatamente Emma con grandes
sollozos le contó todo. Albus estaba muy confundido no podía creer lo que
estaba pasando. Su esposa aun más destrozada viendo que sus sueños de crear una
familia se estaban destrozando por la esterilidad de Albus y ahora por su
amnesia, se fue al cuarto para que él no la viera en ese estado.
Pasaron
dos semanas y Albus vivía con Emma, pero era como si compartiera la casa con
una desconocida, ya que hasta el momento no había ningún recuerdo que
familiarizase a Emma con él. Emma cada día estaba más desesperada, no sabía que
hacer (los padres de Albus habían muerto) y sus hermanos (los cuales lo amaban
en la infancia) no querían saber nada de él por que ellos decían que “Albus era
el culpable de la muerte de sus padres, ya que por él querer ir a estudiar a Inglaterra,
los preocupaba por él estar lejos, según ellos su madre murió por preocupación
y luego dos años después su padre murió por ver que su esposa ya no estaba a su
lado”.
Un
día Emma se despertó y tuvo una brillante idea –Debo enamorarlo- dijo ella. Se
levantó muy temprano y fue al cuarto donde estaba Albus, lo besó en la mejilla.
—Buen
Día— dijo Emma.
Con mucha alegría y lo miró fijamente, a Albus
le pareció extraño, pero le gustó. Así que dejó que ella siguiera.
—Vamos
a correr— dijo Emma.
— ¿A
esta hora?— dijo Albus.
—Claro
que sí— dijo Emma muy entusiasmada.
—Ok
pero déjame decirte que soy más veloz que tú así que no es un reto para mí—
dijo Albus.
—No
has dejado de ser el hombre competitivo que conocí— dijo Emma, bromeando.
A
medida que pasaban el tiempo juntos, más atraído se sentía Albus hacía Emma,
cómo si se hubiera enamorado por primera vez. Emma se cortó y pintó el cabello
para atraerlo más, y ¡vaya que funcionó!
Un
día Albus estaba libre del trabajo (ya que él perdió la memoria, pero no sus
conocimientos en la medicina), y estaba muy ansioso esperando a Emma así que no
sabía que hacer, caminaba por todos lados y se tranquilizó y fue a ver
televisión, buscando el control del televisor, accidentalmente encontró un CD
que decía “Albus y Emma”, al no controlar las ansias tomó el disco y lo puso en
el reproductor. Inmediatamente salieron imágenes de la boda de ellos, cuando
aceptaron los votos, cuando se besaron, y toda la ceremonia. Cuando Albus
terminó de ver el video, no pudo contener el llanto, ya que sentía la
impotencia de que alguna vez amó a Emma como ahora la estaba amando, y lo peor
de todo no recordaba nada de ella.
En
ese momento Emma llegó a la casa y cuando entra ve a un Albus triste y alegre a
la vez. En ese momento Albus la abraza,
—Te
amo, Emma— dijo él.
—yo
también te amo— dijo Emma.
Albus le muestra el video, del cual ella no se
acordaba que tenía (ya que generalmente Albus le tenía que recordar las cosas a
Emma, ella era muy olvidadiza). Emma lloró al ver el video nuevamente.
—Te
amo Emma, y espero poder amarte con la misma intensidad con la que te amé en
ese momento”. Albus y Emma se besaron como nunca antes.
Pasaron
cinco meses y ya Emma no guardaba las esperanzas de que Albus recordara, sólo
se aferraba a los recuerdos y a su nueva conquista “Albus”.
Albus
estaba operando a una paciente (él era neurocirujano) y de la nada le vino un
fuerte dolor de cabeza, y un gran destello en su mente. En ese destello se vio
a él chocando con una muchacha y luego al mirarla notó lo hermosa que era. En
ese momento se dio cuenta que estaba empezando a recordar. “Emma” fue lo único
que dijo al tener ese recuerdo. Terminó de operar a su paciente, lo más rápido
que pudo, como nunca antes. Quería ver a Emma, eso era obvio.
Cuando
terminó fue corriendo donde Emma que estaba en el quinto piso del hospital.
Tomó el ascensor llegó al quinto piso, y cuando la vio, la abrazó y la alzó con
mucha alegría, Emma riéndose dijo
—
¿Qué te pasa Albus?—.
—Vamos
a casarnos— dijo él.
— ¿Qué?—
, pero si ya lo estamos,
Albus
riéndose dijo: —yo no lo recuerdo, así que vamos a hacerlo como si fuera la
primera vez.
Emma riéndose dijo:
—
Está bien, pero ¿Cuándo?
—Hoy
mismo— dijo Albus. Vamos cámbiate, ponte lo que encuentres o compra algo rápido
que me quiero casar, con mucha emoción. Los dos salieron del hospital muy
contentos y emocionados.
Albus
nunca le dijo a Emma que había recordado algo, pero los dos se casaron
“nuevamente”.
Emma
no lo podía creer. Simplemente no creía que iba a estar de nuevo con su amado
esposo. Pero lo logró.
Albus
nunca recordó los otros momentos que pasó con Emma, pero siempre recordará ese
destello que alumbró su mente. Ese pequeño resplandor que alumbraba todos los
días en la vida de Albus, esa mirada que siempre veía y recordaba de aquella
Emma que conoció en la facultad de Medicina. Aquella memoria olvidada, la cual
nunca logró recordar, quedó en el pasado. Pero siempre guardará en su mente y
corazón, lo que hace amar cada día más a Emma. Ese gran amor que permanecía como
un eterno destello en aquella mente olvidada.
BIOGRAFÍA
DEL AUTOR
ISAAC DAVID HURTADO APARICIO (Nacido
en David, Chiriquí, el 29 de abril de 1995). Nació en el antiguo Hospital
Regional de Obaldía en la ciudad de David, Chiriquí. Hijo de José Isaac Hurtado
(transportista) y Marquela de Hurtado (profesora de informática).
Cuando
tenía 5 años de edad, lo aceptaron en el kínder, debido a su gran inteligencia y a su
mente despierta a esa edad temprana lo pasaron para primer grado. Para su sorpresa, Isaac pasó su primer grado
con el puntaje más alto.
Desde primer grado hasta el día de hoy es un estudiante sobresaliente,
obteniendo los mejores puntajes dentro
del cuadro de honor. Actualmente está cursando el último año de secundaria,
espera lograr sus metas con la ayuda de Dios
Isaac es cristiano-
evangélico desde que nació, se crío en ese ambiente, hasta ahora. Siempre
recalca que: “que solo Jesús te puede salvar. Y que debes tener una relación
personal con Dios, y aplicar sus enseñanzas a la vida diaria ”.
Le gusta el voleibol,
béisbol, baloncesto, pin pon y la matemática.
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