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domingo, 26 de agosto de 2012


“UN DIA EN EL CIELO”
Autora: Kathiuska De Gracia. 10° G

     Había una vez un joven de 17 años, que soñaba con ir a conocer el mundo entero, en especial el cielo. Todos los días se levantaba, le daba gracias a Dios por todo. Hasta que un día tuvo un sueño en el que estaba en un jardín, él miró hacia alrededor y sólo lo que pudo ver fue una luz como resplandor del sol y era tanto la impresión que se arrodilló y comenzó a llorar porque pensó que se había muerto; pero al rato escucha una voz dulce y con amor le dice al joven,
__ Hijo mío ¿Por qué lloras?  El joven responde:
__ porque he dejado a mi familia y un hogar el que yo pensé venderlo antes de morir, para mi sustento; pero la voz le dice:
__ no temas porque la voz que escucha es el dueño del oro y de la plata, el cual te puede librar de todo el mal y además tú siempre pedías que querías estar en el cielo conmigo.
Entonces el joven se levanta y recuerda el sueño y dice en su pensamiento __¡Dios perdóname, pero también quiero que mi familia te conozca y cuando ya te conozca me puedes llevar contigo!
El joven muy contento salió de su casa predicando al salvador del mundo y siempre decía en el cielo todo es bonito no hay tristeza, no hay llanto, no te hará falta de ningún bien, si sólo crees en él y así pasaron los años y el joven ya con 27 años de edad sigue con el sueño de ir al cielo cuando muera.


TIFFANY, EL LABERINTO
Y LAS HADAS

 Autora: Valeria Isabó Ostía Yat


Había una vez una pequeña niña que le agradaba pasear por el bosque, aunque a su mamá no le gustaba mucho, pues, siempre llegaba sucia.

Un día Tiffany fue al bosque y descubrió un laberinto, su espíritu aventurero la hizo entrar  y vio una puerta de color plateado, la abrió y admiró un lindo jardín lleno de flores.

Tiffany estaba fascinada con tantas cosas hermosas, sin embargo, se tuvo que ir, pues, ya estaba oscureciendo.
 
Llegó a casa emocionada por su descubrimiento, pero no le contó a nadie.

Al día  siguiente, al llegar de clases, corrió al bosque, entró al laberinto y fue al jardín; mientras exploraba vio algo que se movía, como era muy curiosa fue a ver y eran tres pequeñas hadas que jugaban. Sorprendida se les acercó y preguntó a las hadas cómo se llamaban; éstas no le contestaron hasta después de un largo rato.
 
Una de las hadas le preguntó a la niña: _ ¿Cómo te llamas?, ella le respondió:
 _ Tiffany ¿y ustedes?

Las hadas  contestaron: mi nombre es Nana, la valiente; la otra dijo: _ yo soy Veith, la inteligente y la última: _  yo soy Sunny, la más inquieta.

Tiffany dijo muy feliz: _ ¿jugamos?  Y las hadas, algo dudosas, aceptaron y jugaron todo el día.  En la tarde, Tiffany se tuvo que ir, pero Veith dijo: _espera, Tiffany, no le puedes decir a nadie sobre este jardín, pues, si revelas el secreto todas las flores se marchitarán y nosotras desapareceremos. Ella les prometió que no lo haría.

Tiffany siguió visitando el jardín, por mucho tiempo, hasta que un día, la mamá, preocupada por su demora en el bosque, la siguió hasta el laberinto y vio que ella hablaba con alguien; pero sólo escuchaba voces, porque no veía a las hadas, pues, sólo Tiffany podía verlas.
   
La madre preguntó: _ Tiffany, ¿qué haces?, ¿con quién hablas? La niña la miró y dijo: _ con nadie. Regresaron a casa y durante una semana no pudo ir al bosque. Estaba tan triste sin ver a sus amigas.

Pasada la semana, corrió al bosque, entró al laberinto, se dirigió al jardín, pero fue tan grande su sorpresa: todas las flores estaban marchitas. Llorando, sin consuelo, llamaba a Nana, Veith y Sunny, pero ellas no aparecieron.

Tiffany visitaba el jardín todos los días, con la esperanza de encontrarlas, pero regresaba a casa muy desanimada.
Después de muchos años, Tiffany regresó al campo, pues, su familia se había ido unos años atrás para la ciudad y decidió recordar sus paseos por el bosque. Encontró el laberinto, corrió hacia el jardín, que alegría tan grande encontrarlo, nuevamente, florecido y con muchas hadas volando por todos lados. Emocionada llamó a sus amigas Veith, Nana y Sunny cuando al fin las encontró, muy feliz les preguntó qué había pasado.  Las hadas le contaron que como su mamá vio el laberinto todo se  marchitó y desapareció.

 Todo siguió igual, Tiffany continuó jugando con las hadas y eso fue así, por mucho tiempo, hasta que se casó,  tuvo hijos y compartió con ellos  el secreto del jardín y de sus amigas Veith, Nana y Sunny. Claro está con la autorización de las hadas.
  

FIN

ROSA  LA  DESOBEDIENTE
                                                                                     Autor: Jorge Cádiz (10° C)

Una niña llamada Rosa estaba en sus vacaciones de verano. Le insistía a sus padres para que la dejaran ir al campamento de su vida. En el campamento enseñaban a cantar, actuar, dibujar, entre otras cosas que a Rosa le encantaban.
Rosa hacía cualquier cosa para  que, al menos sus padres, le dijeran: “vamos a pensarlo”.
Los padres  de Rosa eran unas personas muy cultas y disciplinarias, por ello le negaban el permiso a su pequeña hija.
Cierto día, los padres llamaron a Rosa muy de mañanita, entusiasmada bajó rápidamente la escalera, ella esperaba la gran noticia de que le habían otorgado el permiso tan anhelado. Al llegar a la reunión con sus padres esta idea cambió.
Rosa iría a un campamento, pero no al que ella deseaba; sus padres la habían inscrito en un campamento espiritual, en donde podría aprender muchas cosas nuevas. Sin embargo, Rosa al escuchar esto, no le agradó en nada y solo bastaron unos instantes para que se enojara; ese día formó un gran berrinche, luego de insultar a su padre por no haberle cedido el permiso, dio media vuelta y subió a su cuarto nuevamente.
A la mañana siguiente la madre la despertó a las 6:00 a.m., la madre ya le había armado su equipaje para el campamento; la joven aún disgustada empezó a alistarse y prepararse para viajar hacia allá.
Un poco más tarde llegó el autobús a su hogar, Rosa ya se encontraba lista, subió muy rápidamente, manteniendo su cara de disgusto, no se despidió, ni dijo tan siquiera un ¡hasta luego Mamá!
Durante el camino pensaba, cómo sería ese campamento al que ella se dirigía, era más que obvio que ella prefería ir al otro campamento, ya que en ese  asistirían todos sus amigos, y por tal iba a tener horas de diversión y más diversión, pero no así, sus padres la inscribieron en el campamento espiritual.
Continúo su viaje y en tan solo unos pequeños minutos, ya le había hecho groserías al conductor, malos gestos a los demás jóvenes, en fin lo único que hacía era demostrar su molestia por ir hacia ese campamento.
Por fin, habían llegado al campamento espiritual, era un lugar hermoso, con bellos paisajes y un extraordinario lago, pero Rosa en su disgusto no admiró esto, ella seguía con su enojo.
Fueron distribuidos en grupos de cuatro, ya era algo tarde y pronto oscurecería, por eso recomendaron a todos los jóvenes que entraran a sus cuartos y se mantuvieran en ellos, no había permiso para salir de las cabañas y menos solos; estas eran las reglas del campamento.
Rosa escuchó y aun mayor fue su enojo, seguramente en el otro campamento podría salir a dar paseos, pensaba.
La joven entra a su cuarto, tal como eran las recomendaciones, sin embargo, ella tenía planeado  no seguirlas;  tan solo esperó a que anocheciera y salió a pasear por el campo y se adentró en el bosque, desobedeció completamente a los mayores que le habían dado las reglas, nadie se dio cuenta de su ausencia.
Rosa desobedeció y eso, lo iba a pagar muy caro, incluso con su vida, ya que en su paseo fue atacada por un animal salvaje y murió.  En la mañana siguiente solo encontraron su lúgubre cuerpo fúnebre y todos se aterrorizaron.
Por ello es muy importante seguir las indicaciones que nos brindan y obedecerlas al pie de la letra, ya que de una u otra manera, es por nuestro bien.


MIGUEL Y EL MUNDO MÁGICO
Autor: Osvaldo Andrade

Había una vez una familia que decidió ir de viaje a la selva de Melman, en el Estado de Somalí; era la selva donde habitaban criaturas del pasado como: los osos de cara pequeña, mamut, tigres con dientes de sable y muchas criaturas más.
Ellos tenían un hijo de cinco años que le gustaba explorar y descubrir cosas nuevas; él siempre cargaba una cámara para filmar todo lo que le llamaba la atención.
En una ocasión, los padres se descuidaron y el niño se perdió.
Buscaron y buscaron sin parar y no lo encontraban, hasta llamaron a unos rescatistas, y ellos dijeron que lo daban por muerto.
El niño cayó en un hoyo que tenía quince metros de profundidad; era un mundo mágico donde todo era golosinas; los árboles, de menta; el tronco, de chocolate; los ríos eran de gaseosa; los peces, de confite; las plantas eran de caramelo; todo era dulce.
El niño sólo pensaba en comer y comer, hasta que se acordó de sus padres, pero no les dio importancia, pues era un mundo mágico, lleno de fantasías.
El niño deseó jamás salir de allí y nunca más ver a sus padres.
Pero como en toda historia hay un villano; en Melman existía un hombre gigantesco de chocolate que había secuestrado a unos niños que también habían caído en el hoyo; ellos eran rebeldes, porque no tenían la enseñanza y educación de sus padres. El niño se arrepentía de haber deseado jamás volver a ver a sus padres.
Le dijo al hombre de chocolate que si le ganaba una batalla le concediera un deseo; el gigante le dijo que sí.
Empezó la batalla, pero el gigante tenía un ejército  de hombrecillos de chocolate; los niños secuestrados ayudaron a Miguel  y lucharon.
Los niños se comían a los hombrecillos de chocolates hasta que se llenaron y sólo quedaba el gigante; hicieron lo posible para derribarlo y lo lograron; el gigante le concedió el deseo y volvió donde sus padres los abrazó y les pidió perdón por dejarlos y ser desobediente. Desde ese día, fue un niño obediente y ejemplar con sus papás.


FIN   

MI PRIMERA ILUSIÓN
Autor: Arnold Montenegro    Nivel: 12°  C

Esta es la historia de una joven llamada Sofía.
      Desde muy pequeña Sofía compartía con sus amigos y familiares, era muy buena estudiante, culminó la primaria, ingresó a la secundaria. Su primer año en el colegio fue un poco difícil para ella, ya que no  conocía a ninguno de sus compañeros. Luego de un tiempo empezó a compartir con ellos, los cuales serian sus más grandes amigos.
     En ese primer año en la secundaria había un joven que se sentaba al lado de ella y el cual era el muchacho más lindo de  la clase llamado José, pero al principio éste era un poco tímido, luego de un par de meses empezaron a compartir momentos agradables los cuales fueron la causa de una posible ilusión, pero este sentía algo por otra niña lo cual era una barrera muy grande para ella. Pasaban los días y cada vez ella se ilusionaba más de aquel joven.
     Cada día ella  se más preocupaba de él, lo ayudaba a realizar sus tareas sin esperar nada a cambio, de aquel lindo muchacho. A pesar de que este joven sólo le pagara con desprecio y con burlas.   Pero nada la hacia cambiar de parecer  ni la desanimaban porque seguía confiando que algún día, éste le iba a corresponder.
      Después de tanto esperar, quería contarle a su amado lo mucho que en silencio lo amaba, todo lo que guardaba en su corazón. Y espero que se acercara  el día de la graduación, el cual seria el momento indicado para decirle lo mucho que sentía por él.
      En el colegio habían planeado un baile de graduación a él asistirían cada  estudiante con su pareja, pero Sofía no había conseguido pareja y en quien había  pensado era en José, le dijo una semana anterior a José que si quería ser el parejo de ella, pero este sólo se sonrió y le dijo:
—Jamás seré tu parejo porque eres muy fea y no me gustaría bailar contigo, para eso tengo una hermosa novia la cual me acompañará esa noche del baile.
Sofía solo dijo que no le había hecho nada a él para que este la tratara así y se marchó llorando.
      Llegó el día de la graduación, Sofía no sabía que hacer si ir o quedarse en su casa. Laura su mejor amiga, al darse cuenta de lo mal que se sentía Sofía fue a su casa y le dijo que no se dejara pisotear por un joven que sólo se burló de ella, Sofía tuvo fuerzas y se levantó de su cama y le pidió a Laura que la ayudara a arreglarse para la ocasión.
      Pero esa noche el carro en el que viajaban José, sus padres y su novia tuvo un accidente en el cual Luisa la novia de José había muerto, los padres de José tuvieron solo una lesión no tan grave, pero José si estaba grave y necesitaba urgentemente unas pintas de sangre.
        Sofía al darse cuenta de esta tragedia salió apresurada para el hospital y supo de la sangre que necesitaba su amado y fue y habló con el doctor, de que ella seria su donante, le realizaron todos los exámenes pertinentes a Sofía para saber si podía ser buena donante para José, y salieron correctos  y no espero mas y empezó a donarle sangre a el amor de su vida. Luego de un par de días de estar José internado en el hospital le dieron salida, y éste a la primera que fue a ver fue a Sofía, para darle las gracias por haber salvado su vida a pesar de lo mal que la había tratado siempre. Pero Sofía le dijo:
—A pesar de todo, te amo y te seguiré amando José porque fuiste tú mi primera ilusión.


MARGARITA LA MÁS BONITA DE FLOR DE ANÍS
Por: Juan Jurado    11° B

       Érase una vez en un pueblo  muy distante, más allá  del lejano horizonte del País de las Ilusiones llamado: Flor de Anís en este maravilloso y lindo lugar vivían tres hermanas.
       Una de ellas era tan bella como un clavel su nombre era: Margarita; ésta linda mujer además de  ser bella  era la mayor de tres hermanas las cuales vivían acompañadas por su padre que estaba muy enfermo desde que su querida esposa murió.
     Habían pasado ya más de dos años desde aquel terrible suceso que dejó a esta familia muy adolorida;  sin embargo, a pesar de las dificultades Margarita y sus dos hermanas  tuvieron que buscar una solución a su familia,  ya que necesitaban conseguir medicinas  y alimentos para su padre  así que una de ellas dijo:
── Margarita, tú que eres tan bella puedes ir al castillo del rey a ver si consigues algún empleo que nos pueda ayudar, porque es el único lugar en todo Flor de Anís en donde dan buena paga y con tu belleza seguro que conseguirás un buen empleo.
      Margarita se  quedó muy pensativa al oír la propuesta de su hermana Surrey, ya que era cierto lo que decía muchas veces intento conseguir trabajo en la plaza y los pago eran  una moneda de plata lo cual le alcanzaba únicamente para comprar una de las medicinas de su padre; pero otros de las dificultades era que aquel rey era muy conocido en Flor de Anís como un rey muy despiadado, el cual lo único que le  importaba era ver sufrir a sus súbditos.
Este rey  era llamado Sodoqueo era el responsable de que en aquel lugar no hubiera buenos empleos.
     Margarita no lo pensó más y dijo:
──no importa que tenga que sufrir a lado del rey iré al castillo y conseguiré un empleo como sea. Así que sin pensarlo más empezó su viaje hacia el castillo.
      De camino al castillo pensaba mucho en como estaría su padre y su hermana, ya que se había marchado  dejándolo solos y desamparados, pero sin retractarse de la decisión que tomó  siguió hacia adelante.
      Luego de varias horas de caminar, llegó a la entrada del castillo, el cual era el castillo más enorme y hermoso que había visto en su vida.
        En la entrada se le acercó un soldado de la guardia del castillo y le dijo:
 ── ¡Oye! tú  ¡oye! ¿Qué haces aquí? no sabes que no puedes estar aquí a menos que seas un empleado del  castillo, pero siendo tan bella dudo que seas una creada cualquiera, diría que eres la novia del príncipe.
      Margarita estando aun fuera de sí por la impresión del castillo no escuchó muy bien lo que dijo, pero alcanzó a escuchar  lo último que dijo el soldado  y respondió:
 ── ¡Yo! ¿La novia del príncipe?  ¡No!  Cree usted que una mujer como  yo sea novia del príncipe, vengo aquí para conseguir un empleo, pues he escuchado que dan buena paga aquí en este castillo y necesito dinero para mantener a mi familia  que estamos pasando por  dificultades.
El soldado enamorado por la belleza de margarita dijo:
── Si fuera el dueño de este castillo tu serías la reina, pero como no lo soy  solo te puedo ayudar a conseguir un empleo
──No importa que no sea el rey –dijo Margarita—le agradecería como si fuera el rey si me ayuda a conseguir este empleo que tanto necesito  
      Sin pensarlo más el soldado llevó a la bella mujer dentro del castillo escondido, ya que, si se descubriera que estaba llevando a un extraño dentro del castillo podría ser decapitado.
Llegó a la cocina del castillo y la entregó a uno de los  cocineros:
── Lleva a esta mujer a la lavandería es la nueva empleada.
—Está bien señor como usted diga ─contesta el cocinero el cual era su hijo.
      La llevaron así hasta la lavandería y el joven llamó a la encargada de la lavandería y dijo:
—Esta es la nueva empleada contratada, así que, está en tus manos.
—Está bien –contestó la encargada- ven conmigo, muchacha, te mostraré tu quehacer. Margarita tan impresionada por la enorme cantidad de ropa dijo:
 ──Jamás en mi vida  había visto tanta ropa y de tan fina tela, en mi casa sólo lavaba unas cuantas mudas que estaban muy gastados ya. Pero esto no fue impedimento para que rechazara su trabajo sabía bien lo que iba a hacer.
      Así pasaron los días y margarita recibió la noticia de que su padre estaba muriendo. Su segunda hermana Sol había mantenido a su familia, mientras su hermana se encontraba en el castillo, con lo poco que conseguía en su trabajo ya no era suficiente,  así que no le quedó más que llamar a su hermana que ya llevaba más de dos meses sin aparecer.
     Al llegar esto a oídos de Margarita  salió a toda prisa de la lavandería y en el patio chocó con  el príncipe y  él le pregunta:
── ¿Qué sucede?  ¿Qué pasa?
—Disculpe, su majestad, no fue mi intención lastimarlo—, contestó Margarita—, es que llevo mucha prisa porque me acaban de informar  que mi papá está muriendo.
      El príncipe, encantado por la belleza de Margarita  sin más pensarlo se ofreció a llevarla en su carruaje;  ella contestó:
  ──Está bien se lo agradezco mucho, pero no sé si su padre se vaya a molestar con usted por mi culpa. 
  ──Mi padre no me trata a mí como si fuera un niño  ─contesta el príncipe─ así que yo puedo hacer lo que quiera y no tengo que darles explicación de lo que hago. Así que juntos marcharon hacia la casa de Margarita al llegar sacaron a su padre al hospital más cercano donde fue atendido; luego de esto Margarita le agradeció mucho al príncipe y este le respondió:
  —Aceptaría tu agradecimiento si te casaras conmigo.
       Margarita estaba muy enamorada del príncipe que sin pensarlo más  aceptó.  El rey que en ese momento pasaba por el lugar  hizo arrancar su carreta a toda velocidad, ya  que estaba muy enojado  al saber que su hijo se iba a casar con Margarita, puesto que él,  estaba enamorado de ella y ya le había ofrecido la mitad de su reino, pero Margarita no aceptó  y mientras pensaba en como impedir el matrimonio   al cruzar un puente unas de las llantas de la carreta se salió causándole un trágico accidente que le costó la vida.
En toda Flor de Anís no hubo llanto ni alegría puesto que el rey Sodoqueo gobernó muy mal, pero se le rindió respeto ya que era el  rey.
       Con el nuevo rey  que antes era el príncipe llamado: Leónidas  las cosas para Margarita y sus hermanas cambiaron,  su padre se recuperó y ahora era el duque de Flor  de Anís.   Sus hermanas eran las nuevas encargadas  del castillo, ya que ambas fueron nombradas por el rey como las nuevas amas de llaves.
      Margarita como la nueva reina aumento el salario de todos los empleos y todos sus ciudadanos se alegraron mucho con este nuevo reinado y así todos en Flor de Anís consiguieron un buen empleo
      En cuanto la nueva pareja formada por Margarita y Leónidas vivieron  en el castillo, juntos por mucho tiempo.  En cuanto a mí estoy  cuidando la entrada del castillo a ver si algún día  como mi padre, encuentro una linda muchacha buscando empleo en el castillo. .                  
Y así todos en esta historia pudieron vivir en alegría por mucho tiempo.
                                                                 FIN

LUCÍA  Y  LA  ARAÑA  CON  SOMBRERO
                                                                            Por: Ivonne  Rodríguez (12° E)

Érase una vez una niña muy bonita, de ojos negros como la oscuridad de la noche, piel  color rosa llamada Lucía, esta niña tenía una gran belleza,  pero su corazón estaba marchito, ya que sus padres eran distinguidos pilares de la sociedad, por lo tanto trabajaban mucho  y no tenían tiempo para ella, que además era hija única.  La olvidada niña no tenía amigos, por lo cual se sentía sola y abandonada.
Un día la pobre niña abatida por todo lo que sentía corrió a llorar cerca de un arroyo a pocos metros de su casa, de repente, escuchó una dulce voz que le preguntó:
___ ¿Por qué lloras niña linda?   Era una linda araña que traía puesto un bello sombrero color rojo.
___ Porque me siento sola, respondió sollozante la niña.
Y dijo la sabia araña:
___ No estás sola niña hermosa, ¿sabes que Dios nos acompaña?
___ ¡ Pero a él no lo veo!, dijo la niña, mis padres no me quieren, para ellos es más importante el trabajo.
La araña un poco triste respondió:
___ Aunque no veamos a Dios, él siempre está con nosotros y tus padres te aman, trabajan demasiado para darte todo lo que tienes y quieres.
___ ¿ Y usted cómo lo sabe arañita?
___ Lucía, al igual que tu nombre, eso me lo dijo mi sabio sombrero. Ve a tu casa y descansa, pues  mañana te espera una gran sorpresa.
La niña fue a su casa y descansó. Al día siguiente se sorprendió al enterarse que sus padres habían planeado un día de campo junto a unos viejos amigos de la familia.  En todo ese día la niña se mostró muy feliz, pues conoció a un simpático niño llamado Juan, que acababa de llegar a Veladero, pueblo donde vivía Lucía y entablaron una linda amistad.
Al cabo de tres días,  la niña volvió al arroyo en busca de la araña para informarle acerca de lo sucedido. La araña le contó que su sombrero se lo había regalado su mejor amigo, un saltamontes, y que era hora de obsequiárselo a Lucía, ya que la araña sabía que pronto moriría, pues ya había culminado su misión en este mundo.
___ ¿ Cuál era esa misión arañita?
___ Pues eras tú Lucía, hablarte del Padre de Dios, lo hermoso de la familia y el valor de la amistad y el poder de cada uno.
Al cabo de una semana la niña volvió en busca de la araña y recibió la triste noticia de que la arañita había muerto, pero recordó todas las enseñanzas dadas por la araña, y esto la ayudó para nunca más sentirse sola,  pues tenía al mejor amigo que es Dios, su familia y amigos.
 Vivió feliz para siempre.



LAS AVENTURAS DEL RATONCITO PITÍN
 Autor: Justo Javier Zapata   Nivel: IX° A

En lo más profundo de una cuevita, vivía Pitín con su familia. 
Pitín era un ratoncito muy travieso, ya que siempre se escapaba de su casa y se iba a pasear sin permiso de sus padres.
Un día conoció una tortuguita llamada Rosco y  se hicieron amigos inseparables de aventuras.
En cierta ocasión, salieron a explorar ese mundo lleno de historias fantásticas que ellos se imaginaban. Así encontraron a una ardillita que los invitó al bosque; todos felices emprendieron el viaje.
Llevaban mucho tiempo caminando y Pitín se durmió sobre el caparazón de Rosco. Cuando despertó,  ya estaban llegando a su destino, sin embargo se sintieron temerosos, pues, era de noche y empezaron a escuchar sonidos extraños y tenebrosos.
Al rato, empezó a tronar y caer una gran tormenta con fuertes vientos; la ardillita corrió a refugiarse y ellos también. Se metieron dentro de una caverna y se durmieron. Cuando despertaron, ya era de día. Pitín y Rosco intentaron regresar a casa; pero no pudieron, porque no sabían cuál era el camino. Estaban asustados y empezaron a llorar.
Después llegó una rana y les preguntó por qué lloraban.  Le respondieron que estaban perdidos.
La rana los consoló diciéndoles que conocía al papá de Pitín y que los llevaría de regreso a casa.
La familia de Rosco, preocupados por su desaparición, se reunió  con los padres de Pitín. Al llegar  y ver sus progenitores corrieron a abrazarles llenos de alegría.
Los padres de Pitín y Rosco le preguntaron si habían aprendido la lección y al unísono dijeron que sí.  Se disculparon y prometieron ser obedientes.
Pitín y Rosco vivieron felices, eran los mejores amigos y siempre estaban juntos en las buenas y en las malas.
FIN




LA PERSEVERANCIA DE UN HOMBRE
Autor: Agustín González   Nivel: 11° B

      -¡Hola! Mi nombre es  Ryan Wolf soldado y ahora General de las fuerzas armadas de los Estados Unidos; a continuación les narraré la historia de un hombre con un corazón luchador, sin temor a la muerte y dispuesto a servir a su nación.
       Esta es la historia de un hombre llamado Martin Evans, el cual un día decido enlistarse en el ejército de los Estados Unidos.
       Martin y yo éramos muy buenos amigos, desde la infancia nuestros padres nos colocaron en el mismo colegio y en la misma clase, así a medida que crecíamos nuestro vínculo de amistad fue creciendo.
         Cierto día a Martin se le ocurrió la idea de honrar a su nación sirviéndole en el ejército, fue una estupenda idea y a la vez estúpida, yo quise apoyarlo y también entre, me sentía orgulloso ya que serviría a mi país de todo corazón; pero lo hice sin saber la vida horrible que tendríamos que pasar a partir de allí y el trágico final para algunos de mis camaradas, que ya habían entrado.
        Martin había entrado a la unidad de paracaidistas y yo a la de infantería, mi propósito era ser uno de los mejores estrategas y llegar a dirigir las misiones más importantes que tuviera el ejército.
         Un día tras largos meses de duro entrenamiento Martin recibió la noticia de que sería entrenado por algunos de los oficiales de mayor rango; el Capitán Foley y el sargento Moody se encargarían de la culminación de su entrenamiento.
Bitácora
Estas fueron algunas de las palabras escritas por  Martin antes de partir a su primera misión.

9 de agosto, 1942
Campamento Toccoa, Georgia.

       Mañana habrá más marchas, y luego circuito de obstáculos con el capitán Foley y entrenamiento de armas con el sargento Moody. Todos están muertos de cansancio. Otro tipo fue destinado ayer devuelta a su unidad.
Le suplicó al sargento que le dejara quedarse.
Mi unidad, el regimiento 506 de paracaidistas es una unidad de voluntarios. Tengo suerte de servir con esta gente. No quisiera tener a alguien más vigilándome las espaldas.
       Nuestros oficiales nos instruyen constantemente. Llevo meses entrenando y todavía no he saltado de un avión, eso es algo que espero con ansias, solo quiero que ese momento llegue pronto. El ejército no había tenido antes una unidad aerotransportada, y eso hace que el mando se ponga nervioso, y lo que pone nervioso al mando nos hace entrenar aún más fuerte, llevándonos al agotamiento total.

5 de junio, 1944 – 18:00 horas
Greenhan Common, Inglaterra
         En cerca de tres horas estaré en Normandía para una de las misiones más importantes de mi vida la Operación Overlord por mar y tierra, tal vez sean mis últimas palabras, aun no lo sé, solo le pido a Dios que me proteja y que con garra y valentía pueda vencer al enemigo.
       Como uno de los exploradores de mi unidad, aterrizaré por delante de las fuerzas aerotransportadas. Los exploradores aterrizan antes que la fuerza principal, y colocan señales en los campos de aterrizaje para guiar a los pilotos y al resto de los paracaidistas.
          El mando está mandando primero al aerotransportado, en las primeras horas de la mañana, para proteger los flancos de la playa Utah. Con las primeras luces, la fuerza principal de la invasión desembarcara en las playas.
        Durante semanas, la fuerza entera de invasión, más de 175,000 hombres, ha estado recluida, prohibiéndose el contacto con nadie del exterior, y sin nada que hacer salvo memorizar mapas y planes de batalla. Estamos todos deseosos de llegar  a Francia.
        Hace unas pocas horas, el general Eisenhower nos visitó. Si todo esto sale bien, los alemanes se van a llevar una sorpresa endiablada. Esas fueron palabras que Martin dejó  plasmadas en un cuaderno antes de partir.
       Recuerdo que en ese entonces yo empezaba a dirigir las primeras misiones, no eran la gran cosa, pero al menos estaba dando el primer paso.
El día en que partió Martin a su misión yo le dije:
—Amigo de mi alma, ten cuidado.
El respondió:
—Descuida lo tendré.
Y así Martin se dirigía a su misión.
         Al cabo de barias horas Martin se encontraba en Francia; éste es su relato: Cuando llegué a Francia el aerotransportado me dejó  descender en un lugar cerca del enemigo, lo primero que tenía que hacer era encontrarme con el Sargento Heat, para mi sorpresa cuando lo encontré ya había sido víctima del flanqueo enemigo, lo encontré enredado en su paracaídas colgando de un árbol… muerto.
          Tome su bolsa, sabía que tenía que emplazar el dispositivo de radio que el Sargento no pudo, estando cerca del lugar encontré una barricada enemiga, sólo eran dos soldados, algo fácil de controlar, con mucha certeza disparé a los alemanes… ambos cayeron, llegué donde estaban, recogí sus armas y las escondí, de inmediato fui y emplacé el dispositivo de radio, todo estaba listo, recibí ordenes de proteger el área de descenso de los demás paracaidistas, en cuanto llegaron sin dudarlo se desato un infierno, balas iban y balas venían, el estallido de las granadas era ensordecedor, algunos de mis camaradas cayeron sin haber disparado su arma, fue algo lamentable verlos allí y no poder ayudarles, pero las circunstancias no eran aptas para tales cosas.
            El Sargento Moody y el Capitán Foley acompañaban en la misión, me habían ordenado que me abriera paso por el pueblo más cercano y así llegara donde estaban mis demás compañeros. Ya habiendo descendido todos los paracaidistas solo nos quedaban dos opciones luchar y ganar o morir en el intento. Ya habiendo cruzado por St. Merey Eglise, el cual era el pueblo más cercano, teníamos que derribar el flanqueo enemigo concentrándonos en los nidos de ametralladoras y los enormes tanques de guerra que derribaron a muchos de nuestros aviones.
       Para nuestra sorpresa estaban esperándonos con campos de minas y algunas otras trampas, pero eso no fue impedimento para que nuestra unidad lograra pasar. Pudimos vencerlos solo restaban los enormes tanques. Encontramos una vieja iglesia la cual estaba ubicada a espaldas de los tanques, uno de mis compañeros el Soldado Kiuth y yo nos ubicamos como francotiradores listos para derribar y hacer estallar esos tanques, sólo esperábamos la orden, el Sargento Moody esperaba el momento indicado, mi compañero el soldado Kiuth se encontraba algo nervioso y sin querer disparó su arma, los alemanes se dieron cuenta y se abalanzaron sobre nosotros descargando todas sus municiones, el Capitán Foley con sus años de experiencia y su increíble astucia pudo arrojar una bomba hacia uno de los tanques, en solo un momento se escuchó el estallido del tanque… —uno menos dijo el Sargento Moody.
       Después de eso seguimos avanzando y llegamos donde se encontraban los otros dos tanques. Esta vez tenía que salir todo perfecto, de lo contrario sería nuestra última noche… el Sargento y yo avanzamos sin que los tanques nos vieran, pudimos colocar las bombas, para cuando los alemanes se dieron cuenta ya era muy tarde.
        Esa noche salimos victoriosos, el Capitán Foley mandó a que nos reuniéramos en un lugar seguro, estando allí nos dijo:
      —Para aquellos que sea su primera vez en combate créanme que esto es como tener sexo, jamás olvidas tu primera vez, para los que ya lo han hecho antes les aseguro que no han visto nada, ya que esto apenas empieza. Bien, ahora vallan, duerman  y descansen, pues a no ser que me equivoque tendremos una mañana agitada.
       A la mañana siguiente, muy temprano se escuchó un estallido, eran los morteros alemanes que se dirigían hacia nosotros. – ¡Vienen los alemanes! Grito uno de los Soldados, de inmediato todos despertamos; en la noche el capitán había tenido comunicación con los cuarteles generales y con Mayor Wolf; Wolf se había comunicado con el Capitán Foley para darle instrucciones que venían del general, después de haberle dado las instrucciones Wolf preguntó:
— ¿Cómo se encuentra el soldado Martin?
El capitán respondió:
—Por Martin no te preocupes, se encuentra bien.
El capitán dio la siguiente orden:
—¡¡Detengan a esos alemanes y hagan estallar a esos malditos tanques!!
Todos los soldados empezaron a avanzar, el miedo era evidente en sus rostros, pero de algo estaban seguros, no morirían en vano.
      Yo me ubiqué junto al Sargento Moody en una pequeña calle del pueblo, estábamos seguros de que allí derribaríamos a gran parte de los alemanes, pero estando allí sin saberlo cinco soldados alemanes se ubicaban a nuestras espaldas listos para disparar, el Sargento se percató de ello, dio media vuelta y me grito: ¡¡Evans al suelo.!! Pero en cuestión de segundos lo vi morir, las balas atravesaban su cuerpo… en ese momento entre en total desenfreno, me levanté corrí hacia donde estaban los malditos nazis, y sin importar mi vida los flanqueé, uno de ellos esperaba que yo reaccionara así y por eso se había ubicado en lo alto de una casa, sólo escuché el disparo, el maldito hiriéndome en una pierna desde lo alto de ese techo se reía.
      En ese momento pensé que hasta allí viviría, que ese sería mi última mañana y que sería la última vez que vería el amanecer; en ese momento uno de los soldados me vio derribado le señalé donde estaba el enemigo y el con tiro certero mató al alemán.
      El soldado corrió a ayudarme, me vendó la pierna y continué, yo tomé el arma del Sargento y me dispuse a matar a cualquiera que se cruzara en mi camino, la orden que se me había dado era destruir los tanques y hacer estallar los cuarteles nazi.
      De repente, el Capitán recibió una llamada, era el Mayor Wolf quien estaba pidiendo permiso para unirse a la misión, el capitán aceptó, Wolf dijo que el llegaría con refuerzos, ya que nuestra compañía estaba desertando, hasta entonces deberíamos contener a los alemanes en un perímetro alejados de nosotros.
      Pasaron tres extenuantes horas hasta que por fin llegaron los refuerzos junto con el Mayor Wolf, me dio gusto volver a ver  mi amigo después de tanto tiempo, él y yo tomamos la misión que no pude completar con el Sargento Moody. Eso es parte de lo que hasta entonces había vivido el Soldado.
      Creo que ahora continuaré con el relato de esta historia.
      Martin seguiría las órdenes que yo le daría, al verlo con una pierna casi rota le dije que abandonara la misión, pero él me respondió:
—Ja ja ja ja… Wolf, amigo mío, ¿No crees que es algo tarde para eso? El que tenga una pierna vendada no significa que todo haya terminado para mí, esto apenas empieza.
Yo le dije:
—¡¡Bueno, en marcha!!

Y así Martin y yo nos dirigíamos hacia el centro de toda la catástrofe, pronto nos vimos frente a las balas enemigas, sin poder movernos sólo cubiertos por una pared estábamos expuestos a un ataque.
      Rápidamente, pedí fuego de cobertura para poder pasar entre el fuego enemigo, los muchachos lo hicieron, pudimos pasar, ya estando cerca de los cuarteles una bala perdida destrozó mi antebrazo derecho, yo caí, Martin intentó ayudarme; pero era poco lo que podía hacer, con fuerzas me puse de pie y logramos entrar a los cuarteles, allí dentro nos esperaba un arsenal completo, pero solo había un objetivo destruir toda esa base y nuestra misión sería toda un éxito. Estando adentro Martin tomó por sorpresa al soldado que custodiaba la entrada y lo asesinó.
       Dentro un soldado alemán había estado viendo todos nuestros movimientos y aviso a los demás. Escuché un disparo, a Evans le habían herido en el hombro, yo traté de cubrirlo, pero él a pesar de todo se levantó caminó y disparó contra los nazis, yo tan sólo con una mano apenas podía controlar el arma. Evans cargaba unas cuantas granadas, tomó dos y las arrojó hacia donde estaban esos alemanes, ellos murieron, teníamos el camino libre.
       Estando a sólo metros de nuestro objetivo, Evans se adelantó sin saber el riesgo que afrontaba; yo le cubría la espalda, la puerta donde estaban encerrados los alemanes estada cerrada, Martin la pateó y disparando contra los alemanes que allí estaban… entró, unos soldados alemanes se cubrieron y dispararon contra nosotros hirieron de gravedad a Evans también me dispararon en una pierna, yo caí, logré arrastrarme y ponerme a salvo, no así Evans que aún permanecía en medio del fuego enemigo y herido de gravedad; Evans desde donde estaba me gritó:
— ¡¡Wolf, huye de aquí!!— Yo me encargo de esto.
—¡¡Evans, maldición, sal de allí ¡!—Yo le respondí.
       Me sorprendió que Evans aún mal herido, se puso de pie, ese era el corazón de un soldado dispuesto a dar la vida por su nación… yo corrí a auxiliarlo, me arrojé hacia donde estaba tirado, logró pararse en ese instante lo esperaba un fusilero que apuntándole le disparó en el pecho; estaba seguro de que Evans no resistiría mucho, pero aun así logro disparar su arma yo trate de cubrirlo, pero eran demasiados, también me hirieron.
De repente vi a Evans tirado en el suelo con una de las bombas que debíamos colocar en ese cuarto; él me dijo:
— ¡¡.Wolf, huye de aquí!!
      Solo vi cuando le quitó el seguro a la bomba solo tenía unos minutos, yo salí como pude, de repente. el fuerte estallido de la bomba me arrojó a metros de distancia, me encontraba aturdido por el sonido.
Todo estaba hecho, gracias a Evans pudimos culminar con éxito nuestra misión; recuerdo las últimas palabras de Evans hacia mí antes de entrar a la misión, me dijo:
— Wolf, hoy será el mejor día, ya verás que saldremos victoriosos de esto.
       Así, al final de ese día, lamentaba la pérdida de mi mejor amigo, pero me demostró que vale más mantener una buena amistad antes que perderla. Ese soldado demostró que sin importar la circunstancia honraría a su patria.
Esta fue la historia de un soldado sin igual. El soldado Martin Evans.